jueves, 17 de marzo de 2016

YA HUELE A MARTES SANTO

Viernes de Dolores, ultimo Viernes de Cuaresma, ultimo Viernes de ensayos.
Cae la noche y portadoras y portadores, llegan a la hora habitual a la Casa de Hermandad. Es un Viernes distinto, un ensayo con sensaciones encontradas y distintas.

Hoy es el ultimo ensayo y eso se hace notar en las caras de todos y todas.

La Casa de Hermandad ya esta cambiando, se va engalanando, se ve candelería con velas, cirios verdes preparados, faroles de guía limpios y listos. Una nueva cruz de guía aguarda en un rincón, la hora de su limpieza para abrir flamante, la estación de penitencia.

Todo esto y mas, que se va viendo en este Viernes de Dolores en la Casa de Hermandad, hace sentir algo especial, hace sentir algo interior difícil de explicar.

Son las 9 de la noche y suenan los golpes de llamador. Los desnudos pasos de la Hermandad salen a la calle a dar su ultima vuelta, su ultima chicotá por su barrio, con esa forma tan esquelética de aluminio, hierro y madera.

La noche avanza y en lo alto de la calle Santa Ramona, en el interior de la Parroquia, esperan Jesús de la Humildad y María Santísima de las Lagrimas. San Juan Bautista coge de la mano a María Auxiliadora y se despiden con un hasta luego de nuestros Sagrados Titulares, por unos días, deseosos de volver a verlos de vuelta.

Los pasos vuelven a la Casa de Hermandad tras este ultimo ensayo, se arrían en el suelo, quedando cada uno en su lugar. Ultimo ensayo, comienza a llegar el principio del fin.
La siguiente vez que esos pasos vuelvan a levantarse, será de otra manera muy distinta a como se dejan este Viernes de Dolores.

Capataces, portadoras y portadores hablan de las ultimas indicaciones, horarios y dudas para el día que ya todos esperan.

Son aproximadamente las 10 y media de la noche y todos caminan hacia la Parroquia. Mientras un grupo de miembros de la Junta de Gobierno se apresuran para preparar la Casa de Hermandad, para recibir a Nuestro Señor de la Humildad y su Santa Madre de las Lagrimas.

Se abren las puertas de la Parroquia y ellos se van hacia Jesús de la Humildad y ellas hacia María Santísima de las Lagrimas, y con silencio y cariño salen con ellos para dirigirse hacia la Calle Rio Jerte.

San Juan Bautista y María Auxiliadora se quedan solos, miran sus altares vacíos, ellos también saben que llega un Martes Santo. Pero esperan ansiosos a esos nazarenos que llenaran sus bancos en la tarde del ansiado Martes Santo, mientras poco a poco se van cerrando las puertas de la Parroquia.

Huele a Martes Santo, las sagradas imágenes realizan su pequeño recorrido en silencio, alumbrados por velas, y que con humildad llegan a su Casa de Hermandad.
Allí son recibidos en un ambiente de recogimiento y oración, máximo respeto y silencio, con olor a vela e incienso.

Ya se encuentran en su Casa de Hermandad donde permanecerán juntos y serán testigos del trabajo que su gente tienen por delante durante el fin de semana.

Se termina rezando una oración en su bienvenida a su segunda casa. Lagrimas, emoción, peticiones, miradas, en los rostros. Todo se va preparando para el gran día.

A partir de la Noche del Viernes de Dolores, la Calle Rio Jerte vuelve a ser el referente para todos durante unos días.

YA HUELE A MARTES SANTO, YA HUELE A HUMILDAD Y LAGRIMAS, YA HUELE A ESE AROMA DE BARRIO COFRADE.

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